En Serbia, miles de personas, en su mayoría de origen afgano y pakistaní, pero también nepalíes, iraníes e iraquíes, sobreviven en las calles y los bosques, esperando cruzar la frontera hacia Hungría para ingresar a Europa.

Lugares como Subotica, Sid o Sombor, son los puntos principales de los conglomerados de refugiados, en su mayoría menores no acompañados.

La mayoría de ellos se esconden en el bosque para evitar malos tratos policiales o deportaciones ilegales, esperando su oportunidad de continuar en el camino.

“El infierno serbio” es un reportaje de fotografía documental realizado en conjunto con la fotoperiodísta Alicia Petrashova para denunciar las duras condiciones de vida de estos jóvenes y el abandono sufrido por la Unión Europea. Pero también como un homenaje a los migrantes que huyen de la pobreza y los conflictos y luchan por reunirse con sus familias.

El trabajo se realizó gracias a la colaboración de Antonio Sempere, fotoperiodista español que dejó su trabajo para tratar de alimentar a más de 450 jóvenes todos los días, y la ayuda financiera de la ONG Karam.

Los resultados se presentaron en forma de un ensayo fotográfico, un artículo periodístico y una exposición fotográfica organizada por Karam.

In Serbia, thousands of people, mostly of Afghan and Pakistani origin, but also Nepali, Iranian and Iraqi, survive on the street, waiting to cross the border into Hungary to enter Europe.

Places like Subotica, Sid or Sombor, are the main points of conglomerates of refugees, mostly unaccompanied minors.

Most of them hide in the woods to avoid police ill-treatment or illegal deportations, waiting for their chance to continue on the road.

“The Serbian hell” is a report on documentary photography that was made with Alicia Petrashova to denounce the harsh living conditions of these young people and the abandonment suffered by the European Union. But also as a tribute to migrants who flee poverty and conflict and struggle to reunite with their families.

The work was carried out with the collaboration of Antonio Sempere, a Spanish photojournalist who left his job to try to feed more than 450 young people everyday, and the financial help of the NGO Karam.

The results were presented in the form of a photo essay, newspaper article and a photo exhibition organized by Karam.